domingo, 20 de noviembre de 2011

La emergencia del pensamiento moderno (10/11/11)

 En principio  de los tiempos se pensaba que la tierra era el centro de todo, es decir,  esta era el centro de todo. En el espacio: el universo es cerrado. Presentan la estructura de un encaje de esferas concéntricas. Las esferas intermedias son las de la luna, el sol y los planetas, todos los cuales giran alrededor.

La revolución Copernicana

Aquí se propone que la tierra no es el centro de todo universo, se acaba el geocentrismo. Se convierte el sol en centro del universo y la tierra pasa a ser otro planeta. Al mismo tiempo, niega la diferencia jerarquizante entre los dos mundos: si la tierra es un planeta, quiere decir que los planetas son como la Tierra.

El universo infinito de Bruno

Con Bruno asistimos a la eclosión de las esferas cósmicas y a la afirmación de la infinitud positiva del universo, cuyo centro no ocupan el sol ni la tierra, pues en un espacio infinito no hay lugar privilegiado.

El correlato de esta infinitud cósmica es la pluralidad de mundo: los sistemas solares son muchos. Bruno celebra esta diversidad del universo con entusiasmo, como una riqueza. En efecto, la infinitividad inagotable  del universo es lo único conmensurable con dios. Este, infinito como es, no podría crear un mundo finito. Además, la infinitud del universo es lo único naturalmente para la razón y la imaginación humana: concebimos naturalmente un cosmos infinito, mientras que no podemos abstener de interrogarnos sobre "lo que hay" más allá de la última esfera en el límite del mundo.

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