La relación médico- paciente es la interacción que se establece entre el médico y el paciente durante el curso de la enfermedad.

En este tipo de interacción es muy diferente a la que tenía lugar a principios del siglo XX, donde existían profundos vínculos afectivos entre el médico generalista de aquella época y sus pacientes y familiares, lo cual lo convertía en un verdadero líder en la comunidad donde ejercía. Hoy existen varias condiciones diferentes que han repercutido negativamente en esta relación, entre ellas, la política actual en muchos países en que el estado reduce la salud pública, entregándola a entes privados que convierten la atención medica en un comercio. Otra condición que está interfiriendo negativamente sobre la relación médico-paciente es el desarrollo tecnológico ocurrido en las últimas décadas, que ha distorsionado el ejercicio de la medicina con la falsa idea de que los nuevos recursos diagnósticos y terapéuticos pueden sustituir el método clínico. Todos estos avances técnicos son de suma utilidad y de gran ayuda en el diagnóstico y tratamiento, pero nunca son ni serán sustitutos del método científico. Esta tecnificación moderna con su endiosamiento, promovida por intereses económicos está distorsionando por completo la RMP en sus aspectos fundamentales, a tal punto que algunos autores plantean que ya no es buena ni mala, sino que simplemente ha dejado de existir.
Los médicos de hoy son sin duda más poderosos que los de antaño pero también, más desligados. Están mucho menos inermes ante el sufrimiento pero a menudo no pueden comprender el sentido profundo de las palabras mediante las que se lamentan quienes lo padecen.

La insensible relación médico-paciente tiene todavía esperanza. Con una formación más preocupada por la parte humana, que proporcione una visión más clara de las implicaciones de ser médico, quizás pueda atenuar la “sordera” que suelen padecer.
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